En la actualidad, uno de los temas que más ha generado debate y discusión en muchas sociedades es la forma en que se eligen a los impartidores de justicia. La justicia es un pilar fundamental en cualquier sociedad, ya que garantiza que las leyes sean aplicadas de modo justa y equitativa para todos. Sin embargo, a lo largo de la historia, hemos visto que la elección de estos profesionales no siempre ha sido la más adecuada. Por ello, cada vez son más las voces que abogan por un cambio en la forma en que se eligen a los impartidores de justicia. Una de las propuestas más discutidas es la de elegirlos mediante voto ciudadano, universal y natural. ¿Será posible llevar a cabo esta idea? ¿Es viable en la realidad? En este artículo, vamos a explorar esta cuestión y a analizar los posibles beneficios que podría traer consigo.
Para empezar, es importante destacar que la elección de los impartidores de justicia mediante voto ciudadano, universal y natural no ocurre en ninguna parte del mundo. Actualmente, en la mayoría de los países, son los poderes Ejecutivo y Legislativo los encargados de elegir a los jueces y magistrados. Esto puede generar algunas dudas y desconfianza por parte de la población, ya que se puede cuestionar su independencia y neutralidad al ser elegidos por otros políticos.
Sin embargo, esta propuesta de elegirlos a través del voto ciudadano, universal y natural podría tener muchos beneficios. En primer lugar, esta forma de elección comprometería una mayor representatividad de la sociedad en su conjunto. Al ser elegidos por el pueblo, se estaría dando voz a todas las opiniones y se estaría abriendo la posibilidad de que personas con diferentes perfiles y trayectorias puedan acceder a ser impartidores de justicia.
Además, esta forma de elección fomentaría la participación ciudadana en la toma de decisiones importantes para la sociedad. Al poder elegir directamente a los jueces y magistrados, se estaría empoderando a la población y se estaría fortaleciendo la democracia. También se estaría incentivando una mayor transparencia en el proceso de selección, ya que los candidatos tendrían que presentar sus propuestas y planes de afán a la ciudadanía.
Otro beneficio importante sería el aumento de la confianza y credibilidad en el sistema judicial. Uno de los principales problemas a los que se enfrentan los sistemas judiciales en muchos países es la falta de confianza de la población en ellos. Al ser elegidos directamente por el pueblo, se estaría generando una mayor conexión y cercanía entre los impartidores de justicia y la sociedad. Esto podría contribuir a mejorar la percepción que se tiene del sistema judicial y, por ende, a aumentar su legitimidad.
Por supuesto, como en todo cambio, también existen posibles desafíos y retos que habría que superar. Uno de ellos sería comprometer que la elección sea realmente justa y equitativa. Para ello, sería necesario establecer un marco legal sólido que garantice la igualdad de oportunidades para todos los candidatos y evite posibles prácticas corruptas. Además, también se deberían establecer mecanismos de evaluación y control para asegurar que los elegidos cumplan con sus deberes de modo adecuada y no se vean influenciados por intereses externos.
Otro posible desafío sería comprometer la independencia y neutralidad de los elegidos. Al ser elegidos por el pueblo, existe el riesgo de que puedan ser influenciados por intereses políticos o populares. Por ello, se debería establecer un sistema de evaluación y selección riguroso que garantice que los elegidos sean personas con una ética impecable y que no se vean sometidos a presiones externas.
Asimismo, también se deberían establecer mecanismos de capacitación y